Aval de nómina. Hipoteca aprobada

Aval Personal o Aval de Nómina. Todo lo que debes saber.

En nuestro blog anterior, hablamos sobre el aval de doble garantía y cómo este mecanismo permite a las entidades financieras protegerse ante posibles impagos. Hoy vamos a centrarnos en otro tipo de aval muy común: el Aval Personal o Aval de Nómina. Este tipo de aval es utilizado especialmente en casos donde el titular no cuenta con un historial financiero sólido, pero tiene la capacidad de pago suficiente para asumir un compromiso.
A continuación, profundizaremos en qué consiste, cuándo es necesario y qué riesgos y responsabilidades debe considerar una persona que actúa como avalista.
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Aval de nómina. Hipoteca aprobada
¿QUÉ ES UN AVAL PERSONAL?

El Aval Personal (o Aval de Nómina) es un acuerdo en el que una persona (llamada avalista) se compromete a hacerse responsable de las obligaciones financieras de otra persona (el titular) en caso de que ésta no pueda cumplir con los pagos. Es decir, si el titular no puede abonar las cuotas de un préstamo o contrato, el avalista debe hacerse cargo. Este tipo de aval es común en situaciones donde el solicitante no cuenta con una solvencia suficiente o un historial financiero sólido que le permita acceder a ciertas operaciones.

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SI VAS A PEDIR UNA HIPOTECA, ¿CUÁNDO NECESITARÍAS UN AVAL PERSONAL?

El aval personal es un requisito frecuente en operaciones hipotecarias, especialmente cuando el perfil del solicitante no cumple con todos los criterios exigidos por las entidades financieras. A continuación, te detallamos algunos casos comunes en los que se puede necesitar un aval personal al solicitar una hipoteca:

  1. Personas jóvenes con poca antigüedad laboral
    Muchos jóvenes que buscan su primera vivienda no cuentan con una larga trayectoria laboral ni con ahorros suficientes, lo que dificulta el acceso a una hipoteca. Aunque tengan un empleo estable y capacidad de pago, su historial financiero limitado no genera confianza en los bancos. En estos casos, los padres o familiares suelen actuar como avalistas, brindando una garantía adicional para que el banco apruebe la operación.
  2. Trabajadores autónomos con ingresos irregulares
    Los autónomos, aunque pueden tener altos ingresos, enfrentan dificultades al solicitar una hipoteca debido a la naturaleza irregular de sus ganancias. Los bancos suelen ser más estrictos con este perfil, ya que la falta de ingresos constantes se percibe como un riesgo. Un aval personal, en este caso, puede ser fundamental para garantizar el pago de las cuotas hipotecarias en los meses en que los ingresos sean bajos o inestables.
  3. Solicitantes con contratos temporales o a tiempo parcial
    Las personas que trabajan con contratos temporales o a tiempo parcial a menudo se enfrentan a la reticencia de los bancos al solicitar una hipoteca. Aunque tengan capacidad de pago en el momento de la solicitud, la falta de estabilidad laboral a largo plazo puede ser vista como un riesgo. Aquí, un avalista, con ingresos estables, actúa como un respaldo adicional para asegurar el cumplimiento de los pagos.
  4. Solicitantes con historial crediticio deficiente
    Los solicitantes que han tenido problemas financieros en el pasado, como impagos o deudas en mora, también pueden verse en la necesidad de presentar un aval personal. Si bien un mal historial crediticio no siempre es definitivo, los bancos pueden exigir un avalista para asegurarse de que cualquier posible riesgo de impago esté cubierto.
  5. Préstamos con alto porcentaje de financiación
    Aunque lo común es que los bancos ofrezcan hipotecas por el 80% del valor de la vivienda, hay casos donde los solicitantes requieren una financiación mayor, llegando incluso al 90% o 100%. En estos casos, el riesgo para el banco aumenta, y es probable que se solicite un aval personal como garantía adicional para aprobar la operación.
  6. Adquirir una segunda vivienda o inmueble de inversión
    Las personas que ya tienen una hipoteca y desean adquirir una segunda vivienda, ya sea para uso personal o como inversión, pueden encontrarse con la necesidad de un avalista. Esto ocurre porque, al tener ya un compromiso financiero previo, el banco podría percibir la nueva operación como más arriesgada, sobre todo si los ingresos del solicitante no son lo suficientemente altos para cubrir ambas hipotecas con seguridad.

Para entender mejor las regulaciones sobre avales personales, visita el sitio oficial del Banco de España

RESPONSABILIDAD Y RIESGO DEL AVALISTA

Aceptar ser el avalista de alguien es una decisión importante que no debe tomarse a la ligera. A continuación, te detallamos las responsabilidades y riesgos que implica asumir este papel:

  1. Responsabilidad de pago total
    Si la persona titular del préstamo o contrato no cumple con sus pagos, el avalista deberá asumir el 100% de la deuda. Esto significa que la entidad financiera o el acreedor podrá reclamarte directamente el pago de las cuotas vencidas, incluyendo intereses y posibles recargos por morosidad. En resumen, el avalista es tan responsable del pago como el titular de la operación.
  2. Afectación al historial crediticio del avalista
    Si el titular no cumple con los pagos, esto no solo afectará a su historial crediticio, sino también al del avalista. La falta de pago puede quedar reflejada en los registros de morosidad, lo que dificultará que el avalista pueda acceder a futuros créditos o financiamientos.
  3. Riesgo de embargos
    En situaciones extremas, si el titular del préstamo incumple y el avalista no tiene capacidad para asumir los pagos, se puede llegar a embargar los bienes del avalista. Esto puede incluir el salario, propiedades, cuentas bancarias, o cualquier otro bien que posea.
  4. Compromiso a largo plazo
    El avalista no solo se compromete en el momento de la firma, sino que mantiene su responsabilidad hasta que el préstamo o contrato sea completamente pagado. Esto puede representar un compromiso a largo plazo, dependiendo de la duración del acuerdo.
CONSEJOS A TENER EN CUENTA SI DECIDES SER AVALISTA

Como hemos visto, ser avalista es una gran responsabilidad y no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Antes de asumir este papel, es importante que analices con detenimiento las implicaciones legales y financieras que conlleva. A continuación, te ofrecemos algunos consejos clave que debes tener en cuenta antes de firmar como avalista:

  • Evalúa la capacidad de pago del titular: Antes de aceptar ser avalista, asegúrate de que la persona para la que estás firmando tiene una fuente de ingresos estable y suficiente para hacer frente a las obligaciones. Si la situación financiera del titular es precaria, podrías acabar asumiendo tú mismo la deuda.
  • Consulta con un asesor financiero: Si tienes dudas, lo mejor es acudir a un profesional que pueda asesorarte sobre los riesgos y las implicaciones legales y financieras de ser avalista.
  • Negocia una liberación del aval: Algunos contratos permiten que, después de cierto tiempo o de cumplir ciertos pagos, el avalista pueda ser liberado de sus responsabilidades. Es recomendable que intentes negociar esta opción antes de firmar.
CONCLUSIÓN

    El aval personal es una herramienta útil en situaciones donde el solicitante de un préstamo o contrato no tiene garantías suficientes, pero sí cuenta con la capacidad de pago. Sin embargo, para el avalista, asumir esta responsabilidad conlleva riesgos importantes. Si estás considerando avalar a alguien, es fundamental que entiendas las posibles consecuencias y que estés preparado para asumir los pagos en caso de que el titular no pueda hacerlo.

    Si estás considerando esta opción, te recomendamos que busques asesoramiento financiero especializado para evaluar todas las implicaciones. Contacta con los expertos de MEJOTECA para recibir una asesoría personalizada y asegurarte de que esta estrategia es la adecuada para ti.

    Además, te invitamos a leer este artículo para conocer más sobre cómo preparar tu perfil financiero y conocer mejor las opciones de financiación al 100%  para tomar decisiones informadas y seguras.

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